Thursday, April 18, 2013
Chuy Toño y la confianza
Gracias a la información recabada por La Pared Noticias que dio a conocer el pasado día diez de este mismo mes, pudimos enterarnos que el comandante Jesús Antonio Aguilar Íñiguez había reprobado sus evaluaciones de control de confianza que presentó en el año 2011. Independientemente de otras consideraciones, el hecho de no haber acreditado sus exámenes provocó que el estado de Sinaloa dejara de recibir recursos federales durante el ejercicio fiscal 2012. A pesar de esto, el gobernador Mario López Valdéz ha expresado que Chuy Toño ha cumplido, que no es fácil estar en su posición y que es el mejor que se ha encontrado en los dos años tres meses que lleva su administración.
Cuando en el año 2000 el gobernador Millán le comunicó a Gilberto Higuera que iba a designar a Chuy Toño como el nuevo director de la policía ministerial, al Procurador no le cayó nada bien la noticia. De hecho no quiso ir a darle posesión en las oficinas del boulevard Zapata. No se trataba solamente del hecho de que el gobernador había cambiado de opinión respecto a dejar que el procurador nombrara al jefe policial, como sucedió en el caso de Héctor López Ibarra, sino que había algo que no terminaba de gustarle respecto al, hasta entonces, número dos del secretario de seguridad pública estatal, Edgar Armando Acata Paniagua.
El 2 de octubre de 2001 tomé protesta como procurador de justicia del estado y por supuesto estaba al tanto que Chuy Toño seguía al frente de la policía ministerial. Como también tenía conocimiento de los atentados perpetrados contra el comandante Pedro Pérez López, de los cuales se había responsabilizado a José Nilo Rojo alias “El Bibio”, quien mediante desplegados publicados en la prensa, acusó veladamente a Chuy Toño de responder a los intereses del Mayo Zambada.
Por eso, en cuanto tuve oportunidad le comenté al gobernador Millán que era necesario hacer cambios en la titularidad de la corporación. Me respondió que después lo veríamos. Tiempo después volví a tratar el tema y recibí la misma respuesta. Había que ver el asunto en otro momento. Durante el año 2002 un alto funcionario federal le hizo saber al gobernador su preocupación respecto de que Chuy Toño pudiera estar relacionado con el crimen organizado. Tampoco en esa ocasión hizo caso de los consejos.
Durante el año 2002 creé, dentro de la PGJ, la Unidad de Investigación Interna. Al frente designé a un ex director de la policía ministerial, Héctor López Ibarra. A las semanas fue asesinado. A pesar de ello, la Unidad siguió funcionando y a fines de ese mismo año le encomendé que investigaran al director de la policía ministerial, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez. El informe de la Unidad concluye que los hechos indagados posiblemente constituyen delitos de delincuencia organizada, mismos que ya eran investigados por la entonces SIEDO.
En el año 2004, después de que Río Doce destapó el escándalo de las casas de Chuy Toño, ordené a la Unidad de Contraloría Interna de la PGJ que iniciara el procedimiento de investigación de probables responsabilidades administrativas. A fines de ese mismo año, después del homicidio de Rodolfo Carrillo Fuentes, tras una fuerte presión social y un serio desencuentro relacionado con la defensa que Chuy Toño hacía de Pedro Pérez López, el gobernador Millán tuvo que nombrar a un nuevo director de la policía ministerial. Después vino todo lo demás.
El tema aquí no es si tú paisano, o yo, confiamos en Chuy Toño, por mi parte creo que he sido claro. Tampoco lo es si las evaluaciones que actualmente se realizan son las mejores posibles y reducen al mínimo el margen de error. El tema es ¿por qué Malova le tiene tanta confianza a Chuy Toño, más allá de su desgarbado discurso político?
¿Vale esa confianza los millones de pesos que se dejaron de recibir? ¿Cuál es el monto de esos recursos que el estado no pudo ejercer por incumplir con los compromisos en materia de evaluación de los altos mandos? ¿Se dejaron de recibir recursos del fondo PROASP o también del SPA? Pero tal vez la pregunta más punzante es ¿cómo decirles a los agentes de la policía ministerial que no aprueban sus evaluaciones que ellos sí serán retirados de la corporación, pero no así su jefe? ¿Por qué a ellos el gobernador no les tiene confianza pero a Chuy Toño sí?
Preguntas paisano, preguntas. Vamos a esperar sentados las respuestas.