Tuesday, September 10, 2013

 

El informe Peña



El pasado lunes 2 de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto dirigió un mensaje a las y los mexicanos, con motivo de la presentación de su primer informe de gobierno. El documento, en su versión integral y en su versión ejecutiva, que pueden ser consultadas en el sitio web de la presidencia de la República, contiene un apartado denominado “México en Paz”, dentro del cual se da cuenta de los temas relacionados con la seguridad pública, al igual que en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (Y… ¿Cuál es el plan? Río Doce, 26 de mayo de 2013).

Sobre estos temas, el informe sostiene que la nueva administración gubernamental puso en marcha una nueva política de seguridad y justicia. “Se trata de una política que enfatiza la prevención del delito, que privilegia el uso de la inteligencia y la tecnología en el combate a la delincuencia, que abre espacios para la participación ciudadana y que establece esquemas regionales y focalizados para lograr una mayor eficacia operativa. Es una estrategia integral que sitúa al individuo y a su familia en el centro de las decisiones y acciones de seguridad. Su prioridad es salvaguardar la vida, la libertad y los bienes de los mexicanos.”

El primer apartado en el desarrollo de esta “nueva política” es la prevención social del delito. En el resumen ejecutivo del informe se destaca la creación del programa nacional en la materia, al cual se le asignaron dos mil quinientos millones de pesos y que dice proponerse ir más allá de modelos que sólo buscan el castigo, para incorporar enfoques centrados en el desarrollo social y humano.

La versión integral del informe aclara que el gobierno de la República instruyó la creación del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia el 1 de diciembre de 2012 y a pie de página sigue aclarando que el programa está en proceso de elaboración y será publicado de conformidad con los “Lineamientos para dictaminar y dar seguimiento a los programas derivados del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018”, emitidos por la Secretaría de Hacienda. No obstante, “algunas de las acciones que estarán incluidas en este Programa, iniciaron desde el arranque de esta administración. Para tal fin, en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2013, se destinaron recursos para la prevención social, bajo el nombre de Programa Nacional de Prevención del Delito.”

Dentro de la primera etapa del programa, aún en elaboración, pero que ya opera, se diseñaron programas para 57 demarcaciones que concentran más del 40% de los delitos que se cometen en el país. Y sí paisano, están incluidos los municipios de Culiacán y Ahome.

En esos territorios se promueve la elaboración de diagnósticos participativos, la formación de equipos técnicos y redes comunitarias, así como la creación de Centros de Mediación Comunitaria o espacios deportivos y culturales para la identidad comunitaria; eventos semanales de integración, e incluso proyectos de atención temprana a problemas de aprendizaje y conductuales.

Por ejemplo, se realizaron acciones en Acapulco, Cancún, Tijuana, Cuernavaca, Monterrey, Guadalajara, Ecatepec, Tapachula y el DF. No paisano, ninguna en Culiacán o Ahome. En muchas de estas ciudades se crearon 585 redes comunitarias, se repararon 523 áreas verdes o plazas públicas, y se otorgaron 1649 becas escolares.

¿Son buenos los números? No lo sé. Pero al menos la orientación de los esfuerzos gubernamentales parece positiva al no estancarse en un enfrentamiento necio y a balazos frente a los criminales. Seguro que aún falta mucho por hacer y que las acciones deberán pulirse al ser sometidas a los hechos. Y por supuesto, que habremos de esperar a que se termine de elaborar el programa de prevención social de la violencia.

La tendencia en el mundo ya no se dirige tanto a las “ventanas rotas” sino al modelo “Palermo” promovido desde hace muchos años por la ONU. Poco a poco se entendió que la sola fuerza aplicada contra pequeños o grandes delincuentes no trae como consecuencia la tranquilidad. No todo es combate frontal al crimen organizado, restaurar el tejido social es hoy más importante que nunca. Y eso no siempre se logra a través de la persecución penal.

Si algo se pudiera reclamar al informe en esta materia, es que los indicadores que se anunciaron en el Plan Nacional de Desarrollo aún no se han aplicado. Parece que el verdadero impacto del programa podrá medirse con mayor precisión en el segundo informe el próximo año.

¿Le das chance paisano o de plano le apostamos a la desconfianza?


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